viernes, 25 de julio de 2008

LA MAFIA SAGRADA

Artículo tomado del diario El Telégrafo, del 18 de julio del 2008, escrito por Jaime Galarza Zavala (escritos, premio Eugenio Espejo 2007) Diario “El Comercio”, edición del 10 de julio, trae un artículo de Xavier Lasso bajo el título “Defendiendo lo laico “. Surge forzosamente la pregunta: ¿Por qué defender al laicismo? ¿Acaso alguien amenaza con destruirlo? ¿Es que se puede concebir que a esta altura del siglo XXI haya quienes buscan acabar con la educación laica, que fue postulado fundamental de los ideólogos de la Revolución Liberal , entre los que destacan Juan Montalvo, José Peralta, Abelardo Moncayo, Roberto Andrade y el mismo Eloy Alfaro. Sí, los afanes de retroceder el carro de la historia son permanentes desde los días mismos de la fundación del Estado laico, hace más de cien años. Generalmente emboscados, los cavernícolas asoman sus intenciones de cuando en cuando. Lo hicieron, por ejemplo, a raíz del triunfo de la Revolución Cubana, 1 de Enero de 1959. Entonces, con pretexto de combatir al comunismo internacional, desataron el terror político-religioso en campos y ciudades. La CIA se encargó de preparar bandas socialcristianas que ponían bombas en los templos para culpar de los actos terroristas a los amigos de la Revolución. Se organizó procesiones para” salvar la religión”, supuestamente amenazada por los enemigos de Cristo. Se cometió un sinnúmero de linchamientos como los ejecutados por turbas fanatizadas contra los médicos de la Misión Andina cerca de Azogues y contra los hermanos Velicela, profesores primarios, en el Azuay. Ahora, cuando en el Ecuador, y por cierto en América Latina, soplan con fuerza vientos de cambio, ciertos jerarcas de la Iglesia Católica salen a la palestra, unidos a las fuerzas neoliberales del atraso, para sermonear contra “los grupos brutalmente ideologizados”, frase citada por Xavier Lasso y que fuera pronunciada por Monseñor Antonio Arregui, Arzobispo de Guayaquil. Arregui, que ha ocupado buena parte de su tiempo en los suculentos negocios de la Iglesia , como fue la venta millonaria del Gran Hotel Guayaquil, anuncia -sin decirlo- cuál será su papel en la campaña del referendo constitucional: alzará los sacros pendones contra la nueva Constitución de la República , para detener los cambios sociales que propugnan los “grupos brutalmente ideologizados”. ¿Veremos otra vez a la Virgen de Fátima marchando con los líderes socialcristianos en Guayaquil, como ya lo hizo Febres Cordero en su campaña presidencial? ¿Saldrá la Narcisa de Nobol de brazo con los Isaías para defender a la banca privada y el derecho de los banqueros a monopolizar los medios de comunicación? Todo es posible, especialmente si tomamos en cuenta que el máximo jerarca de la Iglesia en el País de las Maravillas, Antonio Arregui, Presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, es también fulgurante astro del OPUS DEI, la Mafia Sagrada, como se conoce dentro de la misma Iglesia a esta secta fundamentalista cuyo objetivo obsesivo es el gobierno de todos los países, para bienaventuranza de los poderosos y del dólar.
Semanario La Verdad Informamos lo que otros callan, Combatimos la Corrupción.

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